Decimos que es breve, en tanto se opone a otros abordajes de tiempo ilimitado. El tiempo real de psicoterapia depende de los motivos de consulta y de la evaluación del conflicto.
Breve no es sinónimo de superficial, puesto que las soluciones son de fondo, sencillamente porque se modifica lo que al paciente le genera malestar. Así como nos explicamos sucesos sencillos de la vida cotidiana, hay teorías explicativas del comportamiento humano, lo que importa en psicoterapia es que la explicación provenga de investigaciones serias y controladas para que su aplicación sea efectiva.
Además de preguntarnos por qué algo sucede, nos centramos en cómo ha de resolverse. La búsqueda de causas está regida por la utilidad que puedan proveer; el beneficio de un diagnóstico adecuado, por ejemplo, nos permite la utilización de técnicas y el diseño de tratamiento.
Cuando en verdad salimos de una situación problemática, el cambio ha de sostenerse en el tiempo, si el conflicto reaparece, ocurre que fracasó la terapia, que no fue la indicada, pero ¿tiene el tiempo que ver con esto? El ciclo vital de todos los sujetos está signado por situaciones que implican cambio, dolor, aceptación.
Si no se limita la psicoterapia a una serie de objetivos, se torna eterna; también por eso es “breve”. Nadie desea un “bastón” humano de quien depender.